Todos tenemos puntos ciegos, tendencias que simplemente nos
negamos a admitir como propias, rasgos que rehusamos aceptar y que por consiguiente, vertemos hacia el exterior, blandiendo toda
nuestra cólera e indignación puritana para luchar contra ellos,
cegados por un idealismo y un dogmatismo que nos impide reconocer que la batalla es interna y que el enemigo está mucho más cerca de lo que imaginamos...
Ken Wilber
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