Cuando te sientas aislado, pequeño, desconectado, cuando las olas de soledad se mueven en tu cuerpo, ¡celébralo!
Sigues vivo, sigues siendo sensible y abierto, sigues siendo capaz de sentir la Vida plenamente. No te has adormecido a la experiencia, y una inmensa variedad de energías son todavía capaces de fluir libremente en ti. Todos estos sentimientos son para ser honrados, no rechazados; para ser sentidos completamente, no para ser ahuyentados o descartados. Incluso un sentido de pequeñez, cuando se honra, cuando es admitido, es tremendo, una expresión de Vida, un recuerdo de tu inmensidad, de tu capacidad de Amar.
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