"A pocos menesteres dedican los humanos tanto tiempo como a la infelicidad. Si un creador maligno nos
hubiese colocado en la tierra para el fin exclusivo de sufrir, podríamos felicitarnos por nuestra respuesta
entusiasta a esta meta. Abundan las razones para sentirnos desconsolados: la fragilidad de nuestros cuerpos,
la inconstancia del amor, la insinceridad de la vida social, las componendas de la amistad, los efectos deprimentes de la rutina. Enfrentados a estos males persistentes, lo lógico sería pensar que el evento más
esperado y deseado de nuestra vida fuese el momento de nuestra extinción".
Alain de Botton,
Cómo cambiar tu vida con Proust
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